Como nos gusta pensar que las cosas cambian en algún momento, pero resulta que todo es igual siempre...
Cada vez que pasamos por los momentos de tormento y confusión, deberíamos buscar nuestra constante. Esa que siempre esta ahí, sean malos o buenos los tiempos. Esa constante que te vuelve los pies a la tierra, esa que te saca las dudas de la cabeza, esa que te ama a ti y solo a ti, incondicionalmente.
Esa que se preocupa por ti, que te pregunta como estas, que te llama cada vez que te piensa.
Que millón de cosas me evitaría si me limitara a mi constante, a mi luz que siempre esta ahí conmigo, esa que veo su transparencia, que me puedo hasta enojar por su sinceridad extrema, pero se que si la miro a los ojos se que siempre me dice la verdad.
Solo me moriría si ella me mintiera...
LO demás ya es costumbre...
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